Bob Dylan no ha muerto, solo estaba un poco oxidado

Por: Eduardo Cárdenas

Después de ocho años de «Tempest” (2012), su último disco con composiciones originales, el pasado 27 de marzo Dylan lanzó Murder Most Foul (El más terrible asesinato), una canción de 17 minutos sobre el asesinato de J. F. Kennedy. El 17 de abril apareció una segunda canción, I Contain Multitudes, expresión tomada del famoso verso de Walt Whitman en «Canto a mí mismo»: “¿Me contradigo? Pues bien, me contradigo. (Soy inmenso, contengo multitudes)”. Y finalmente, el 8 de mayo, publicó False Prophet, cuyo título propone un juego con la idea que había a mediados de los sesenta según la cual Dylan era una especie de «profeta» llamado a liderar las luchas de los derechos civiles en los Estados Unidos, a partir de canciones emblemáticas como Blowin’ in the Wind o The Times They Are A Changin’. Dylan, por supuesto, nunca aceptó ese rol de profeta (sabía que contenía multitudes), pero 57 años después se divierte poniéndonos a pensar en el significado del balazo que le voló la cabeza a Kennedy mientras en se declara «el enemigo de la vida no vivida y sin sentido«. False Prophet vino acompañada con el anuncio de su próximo álbum, “Rough and Rowdy Ways”, que estará a la venta el próximo 19 de junio.

MURDER MUST FOUL

La primera de las canciones, Murder Most Foul, propone una reflexión a partir del asesinato de John F. Kennedy y fue publicada con el siguiente mensaje: “Esta es una canción inédita que grabamos hace un tiempo y que les puede interesar. Cuídense, estén atentos y que Dios los bendiga”. La canción es bastante explícita desde sus primeras líneas: 

T’was a dark day in Dallas, November ‘63

The day that will live on in infamy

President Kennedy was riding high

A good day to be living and a good day to die

Being led to the slaughter like a sacrificial lamb

Say wait a minute boys, do you know who I am?

Of course we do, we know who you are

Then they blew off his head when he was still in the car

Shot down like a dog in broad daylight

‘Twas a matter of timing and the timing was right

 

Era un día oscuro en Dallas, noviembre del 63

Un día que vivirá en la infamia

El Presidente Kennedy estaba en la cima

Un buen día para vivir y un buen día para morir

Para ser llevado al matadero como un cordero de sacrificio

Él dijo: «esperen un momento, muchachos, ¿saben quién soy?»

«¡por supuesto que sí, sabemos quién eres!»

Luego le volaron la cabeza mientras aún estaba en el auto

Asesinado como un perro a plena luz del día

Era una cuestión de tiempo y el momento era correcto

 

Musicalmente se trata de una canción minimalista algo lúgubre, con un piano muy hermoso y delicado, un contrabajo discreto, un violín triste, unos efectos de percusión casi inaudibles y la voz desolada y desgastada de Dylan, recitando más que cantando. Aunque en este sentido es una canción sin mayores pretensiones, se trata de una obra bastante particular, no solo por ser inusualmente larga (16 minutos y 55 segundos), sino por tener cierto contenido político —cuando parecía que Dylan hace mucho no tenía interés en tratar este tema— y, principalmente, por ser un metarrelato, es decir una narración con una intención más o menos totalizadora con decenas de canciones o pequeños relatos en su interior.

Aquí una buena versión de la canción, con subtítulos en inglés y en español sobre las imágenes de la Película de Zapruder:

Más allá de recrear la escena del crimen, Dylan asocia el asesinato con la decadencia del alma de los Estados Unidos y con la pérdida de la esperanza (más o menos como cuando Gonzalo Arango dijo: “Porque Gaitán fue asesinado yo soy Nadaísta”): 

I’m going to the crossroads, gonna flag a ride

That’s the place where Faith, Hope and Charity died (…)

What’s New Pussycat – wha’d I say

I said the soul of a nation been torn away

It’s beginning to go down into a slow decay

And that it’s thirty-six hours past judgment day

 

Voy a ir al cruce de caminos, voy a hacer autoestop

Al lugar en donde la Fe, la Esperanza y la Caridad murieron (…)

¿Qué hay de nuevo, gatita? ¿Qué dije?

Dije que el alma de una nación ha sido arrancada,

Y está empezando a entrar en una lenta decadencia

Y que han pasado 36 horas desde el Día del Juicio.

El mismo Dylan que ahora hace una canción tratando de desentrañar el significado de la muerte de Kennedy para el alma de su país, dijo el 13 de diciembre del 63, un mes después del crimen, algo que nadie entendió sobre Harvey Oswald, el asesino de Kennedy:

Tengo que admitir que el hombre que le disparó al Presidente Kennedy, Lee Oswald, no sé exactamente dónde — qué pensó que estaba haciendo, pero tengo que admitir honestamente que yo también — yo vi algo de mí en él. No creo que hubiera podido ir — No creo que hubiera ido tan lejos. Pero tengo que ponerme de pie y decir que vi cosas que él sintió, en mí.

Foto: Ted Russell. Nueva York, 1963.

Dylan, que dio su discurso con un par de tragos en la cabeza, estaba recibiendo el premio Tom Paine por su contribución a la lucha por los derechos civiles y fue abucheado. Seis meses antes había lanzado «The Freewheelin’ Bob Dylan» (1963) con canciones con un fuerte contenido político (finger-pointing songs) como Blowin’ in the Wind, Masters of War y A Hard Rain’s A-Gonna Fall (y otras muy bellas, aunque no políticas, como Girl from the North Country y Don’t Think Twice, It’s All Right). Cincuenta y siete años después Dylan vuelve a hablar de Oswald, y esta vez lo menciona junto a Jack Leon Ruby, un personaje menor del hampa estadounidense que asesinó a Oswald el 24 de noviembre del 63, dos días después del asesinato de Kennedy:

What is the truth and where did it go

Ask Oswald and Ruby – they oughta know

Shut your mouth, says the wise old owl

Business is business and it’s murder most foul

 

¿Cuál es la verdad y a dónde fue?

Pregúntale a Oswald y a Ruby – ellos deben saberlo

Cierra la boca, dice el viejo y sabio búho

Negocios son negocios y es el más terrible asesinato

A partir del minuto 10 el tema hace un giro sorprendente y toma un rumbo muy interesante, pues Dylan comienza a pedirle canciones a Wolfman Jack, un legendario disc jockey estadounidense que, durante décadas, presentó el Wolfman Jack Radio Show y el programa de televisión Midnight Special:

Foto: AP / Richard Drew

Wolfman Jack, he’s speaking in tongues

He’s going on and on at the top of his lungs

Play me a song, Mr. Wolfman Jack

Play it for me in my long Cadillac (…)

Wolfman, oh wolfman, oh wolfman, howl

Rub a dub dub – it’s murder most foul

 

Wolfman Jack está hablando en varias lenguas

Sigue y sigue a todo pulmón

Póngame una canción, Sr. Wolfman Jack

Póngala para mí en mi largo Cadillac (…)

Wolfman, oh wolfman, oh wolfman, aúlla

Aserrín, aserrán, es el más terrible asesinato

Entonces la canción se desdobla con alusiones melancólicas y trágicas a decenas de obras claves de la cultura popular de Estados Unidos, muchas de ellas del cancionero estadounidense (Great American Songbook), algunas de las cuales el propio Dylan interpretó en “Shadows in the Night” (2015), “Fallen Angels” (2016) y “Triplicate” (2017), y que rememoran su faceta de disc jockey en el programa Theme Time Radio Hour, el cual presentó entre 2006 y 2009: 

Play me that Only The Good Die Young

Take me to the place where Tom Dooley was hung

Play St. James Infirmary in the court of King James

If you want to remember, better write down the names

Play Etta James too, play I’d Rather Go Blind

Play it for the man with the telepathic mind

Play John Lee Hooker, play Scratch My Back

Play it for that strip club owner named Jack

Guitar Slim – Goin’ Down Slow

Play it for me and for Marilyn Monroe

 

Póngame esa de Only the Good Die Young

Llévame a donde ahorcaron a Tom Dooley

Pon St. James Infirmary en la corte del Rey Jacobo

Si quieres recordar, mejor escribe los nombres

Pon a Etta James también, pon I’d Rather Go Blind

Ponla para el hombre de la mente telepática

Pon a John Lee Hooker, pon Scratch My Back

Ponla para el dueño del stripclub llamado Jack

Guitar Slim – Goin’ Down Slow

Ponla para mí y para Marilyn Monroe

El repertorio musical va desde temas de blues y jazz compuestos o interpretados por Etta James, John Lee Hooker, Thelonious Monk, Stan Getz, Charlie Parker, Slimp Harpo y Nat King Cole, hasta canciones de rock de Billy Joel, the Eagles y the Who, dando una vuelta por los Beatles, por Queen y hasta por Beethoven y, cómo no, por dos de sus grandes ídolos musicales: Woody Guthrie y el recientemente fallecido Little Richard, de quien Dylan escribió:

Acabo de escuchar las noticias sobre Little Richard y estoy tan triste. Cuando yo era un niño pequeño él era mi estrella y mi luz. Fue el espíritu original que me motivó a hacer todo lo que hice (…) Toqué con él a principios de los 90 (…) En su presencia siempre fue el mismo Little Richard que escuché por primera vez al que le aterrorizaba crecer, y yo siempre fui ese mismo niño pequeño. Por supuesto que va a vivir por siempre, pero es como si se fuera una parte de tu vida.

Muchas de las canciones que aparecen en Murder Must Foul operan como metáforas que se intercalan con las imágenes del asesinato de Kennedy y que resuenan con la desolación de Dylan (¿del alma de la nación?), desplegando y dándole nuevos matices al dolor y la desesperanza.

Play Please Don’t Let Me Be Misunderstood

Play it for the First Lady, she ain’t feeling any good (…)

Play another one and Another One Bites the Dust

Play the Old Rugged Cross and In God We Trust

 

Pon Please Don’t Let Me Be Misunderstood

Ponla para la Primera Dama, que no se siente nada bien (…)

Pon otra más y Another One Bites the Dust

Pon Old Rugged Cross e In God We Trust

La metanarración no solo opera con canciones. Además de las más de cuatro horas de música, hay algunos guiños cinematográficos —a Buster Keaton y a Harold Lloyd y a las películas The Birdman of Alcatraz (un clásico que retrata la amistad entre un preso y un gorrión), What’s new, pussycat? (debut de Woody Allen como actor y guionista) y La Película de Zapruder (una grabación casera de la caravana presidencial de Kennedy el día del asesinato)— , además de un par de alusiones literarias:

Play the Merchant of Venice, play the merchants of death

Play Stella by Starlight for Lady Macbeth

Don’t worry Mr. President, help’s on the way

Your brothers are comin’, there’ll be hell to pay

 

Pon el Mercader de Venecia, pon los mercaderes de la muerte

Pon Stella by Starlight para Lady Macbeth

No se preocupe Sr. Presidente, la ayuda viene en camino

Tus hermanos ya vienen; las pagarán

Del amplio repertorio musical al que nos invita la canción —como si se tratara de la banda sonora de una película— me quedo con las más hermosas y que mejor resuenan con el espíritu de la canción: St. James Infirmary en la versión de Louis Armstrong, Cry Me a River en la de Ella Fitzgerald, I’d Rather Go Blind en la de Etta James, One Night of Sin en la de Elvis Presley, Deep in a Dream en la de Frank Sinatra, Key to the Highway en la de Eric Clapton y B.B. King y Love me or Leave Me en la de Nina Simone. En la última estrofa Dylan ubica su canción como una más del repertorio, sugiriendo, sin falsas modestias, que su obra ya hace parte de la tradición del cancionero estadounidense:

Play Love Me or Leave Me by the great Bud Powell

Play the Blood Stained Banner – play Murder Most Foul

 

Pon Love Me or Leave Me del gran Bud Powell

Pon the Blood Stained Banner – pon Murder Most Foul

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